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Boletín 3: Psicoanálisis y guerra

CITAS ELEGIDAS DESDE LA BIBLIOTECA # 3

Sobre esta entrega, Juan de Althaus, asociado a la NEL Guayaquil y miembro de la Comisión de Biblioteca, señala: presentamos varias citas de Lacan, que circundan la guerra. Lacan de varias maneras indica que es una respuesta de lo real. El goce de la pulverización y desaparición de los cuerpos hablantes está allí, desde que hay civilización, es decir, discurso del amo.

En este punto me parece válido proseguir citando a Antonio Aguirre en Sublimación guerrera y frontera del decir (2016): “La guerra de nuestros días no cambia el núcleo gozoso del combate. Las tres mayores satisfacciones se repiten: el lujurioso espectáculo visual del fuego y las explosiones, el sentimiento de una camaradería y una hermandad que desbordan los límites del yo, el placer de la destrucción material y el aniquilamiento de enemigos (Ambrose, Hermanos de Sangre). El cronista y reportero Robert D. Kaplan recorre los testimonios in situ de los “gruñones” del Imperio, que hablan de la experiencia de estar en un tiroteo y avanzar –contra todo “instinto de conservación”– hacia las balas del adversario (…)”.

Con este antecedente, quiero destacar que estas citas elegidas por Gabriela Játiva –de la Comisión de Biblioteca– se acompañan, conversan con la obra del artista Jimmy Lara, “Después de la invasión, desalojo pictórico” (2022); la misma que formó parte de la exposición colectiva “Grandes Formatos” en TM Galería. La estética de esta obra, también elegida, recurre a una técnica fotográfica, cuyo pigmento destila, se cuela, agujerea la escena del puente del progreso: borroneándolo a punta de bombazos, en una cruenta invasión que parece no tener fin.

Para concluir, dos preguntas abiertas: ¿Acaso esa belleza nos presentifica el último velo de lo real, como nos indicó Lacan en su Seminario “La Ética del Psicoanálisis”? ¿Cómo podremos ubicarnos hoy en relación verídica con lo real de nuestras guerras?

Jessica Jara Bravo

Responsable de la Comisión de Biblioteca

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JACQUES LACAN

“Sabemos, sea como sea, por dónde procede nuestra adaptación a estas exigencias, y que la guerra muestra ser más y más la comadrona obligada y necesaria de todos los progresos de nuestra organización”.

Lacan, J. (2009), La agresividad en psicoanálisis (1948), in Escritos, tomo 1, México, Siglo XXI, p. 126.

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“Está claro entonces que los oscuros poderes del superyó se coaligan con los más cobardes abandonos de la conciencia para llevar a los hombres a una muerte aceptada por las causas menos humanas, y que todo lo que se presenta como sacrificio no por ello es menos heroico”.

Lacan, J. (2012) La psiquiatría inglesa y la guerra (1947), in Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, p. 131.

“(…) la victoria de Inglaterra es una fuerza moral, quiero decir que la intrepidez de su pueblo reside en una relación verídica con lo real (…)”.

Ídem, p. 114.

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“La tercera facticidad, real, demasiado real, suficientemente real como para que lo real sea más mojigato en promoverlo que la lengua, es lo que hace hablable el término de campo de concentración, sobre el cual nos parece que nuestros pensadores, al vagar del humanismo al terror, no se concentraron lo suficiente”.

Lacan, J. (2012). Proposición de 9 de octubre de 1967. Los otros escritos. Editorial Paidós. Buenos Aires, p. 276.

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“(…) en tanto que de la guerra, por supuesto es algo de lo que todo el mundo habla a tontas y a locas (…)”.

Lacan, J. (1968), Seminario XV, El acto psicoanalítico. Clase 7, 24 de enero. Inédito.

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“Sí, la guerra misma, considerada en sus resortes de juego, desprendida de cualquier real”.

Lacan, J. (1992), Seminario II. El yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica (1954-1955), Editorial Paidós, Argentina, Clase 23, 22 de junio 1955, p. 443.

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“Lo vimos durante la guerra, el error político de aquellos cuya ideología era creerse los amos, creer que basta con tender la mano para tomar”.

Lacan, J. (1992). Seminario II. El yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica (1954-1955). Editorial Paidós. Argentina, Clase del 12 de enero 1955, p. 115.

“El poder […], necesita una guerra cada veinte años. No fui yo quien inventó esto, ya otros lo señalaron. Esta vez no puede hacerla, pero, en fin, llegará de otros modos. No puede hacerla y mientras tanto está muy molesto”.

Lacan, J. (2017), Seminario XVI. De un Otro al otro (1968-1969). Editorial Paidós. Argentina, p. 221.

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“Por ejemplo, la guerra. Ahí están, todos los científicos, devanándose los sesos: ¿Warum Krieg? ¡Ah… ah! ¿Por qué la guerra? No llegan a comprenderlo, los pobres… Se ponen de a dos para eso, Freud y Einstein. No es en su favor (…)”.

Lacan, J. (1973), Seminario XXI. Les Non-Dupes Errent. Los no-incautos yerran. Clase 2, 20 de nov. Inédito.

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Boletín 2: Psicoanálisis y guerra

CITAS ELEGIDAS DESDE LA BIBLIOTECA # 2

¿Por qué nos sublevamos contra la guerra? –S. Freud

El físico Albert Einstein por la Liga de Naciones —antecedente directo de la ONU—, le escribió a Sigmund Freud preguntándole por el más imperioso problema que la civilización debe enfrentar: ¿Hay algún camino para evitar a la humanidad los estragos de la guerra?

En esa misiva del 30 de julio de 1932, hay otras preguntas dirigidas al psicoanalista —al que le supone un vasto saber acerca de la vida pulsional y con justa razón: ¿cómo es posible que esta pequeña camarilla someta al servicio de sus ambiciones la voluntad de la mayoría, para la cual el estado de guerra representa pérdidas y sufrimientos? ¿Cómo es que estos procedimientos logran despertar en los hombres, tan salvaje entusiasmo, hasta llevarlos a sacrificar su vida? ¿Es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de las psicosis del odio y de la destructividad? En términos finales, se trata de “el problema de la paz mundial”.

En septiembre le responderá un Freud, en primera instancia sorprendido por el problema planteado por el científico; luego, aterrado por la incompetencia del psicoanálisis para ofrecer propuestas prácticas ante la guerra. Al final, concluye que se trata de un “filántropo” preguntándole por una prevención “psicológica” de las guerras.

Freud le responderá desde su mejor conjeturar: hará un recuento histórico; marcará las ilusiones bolcheviques del momento —fundamentando su cohesión en el odio al extraño y armándose—; refirió vías indirectas para combatir la guerra, apelando a los ideales y la cultura. Pero, sobre todo, le responderá con otra pregunta: ¿Por qué nos sublevamos contra la guerra?

Desde la Comisión de Biblioteca de la NEL Guayaquil: Patricio Moreno Parra ha recuperado para este Boletín, fragmentos de esas respuestas de Freud; Juan de Althaus puso al día las normas de citación; y, Andrea Robles prosigue colaborando con la maquetación.

Los animamos a leer y extraer sus propias respuestas a estos porqués…

Jessica Jara Bravo, responsable de la Comisión de Biblioteca

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“(…) Sin embargo, un vistazo a la historia humana nos muestra una serie incesante de conflictos entre un grupo social y otro o varios, entre unidades mayores y menores, municipios, comarcas, linajes, pueblos, reinos, que casi siempre se deciden mediante la confrontación de fuerzas en la guerra. Tales guerras desembocan en el pillaje o en el sometimiento total, la conquista de una de las partes (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 190.

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“Por paradójico que suene, habría que confesar que la guerra no sería un medio inapropiado para establecer la anhelada paz ‘eterna’, ya que es capaz de crear aquellas unidades mayores dentro de las cuales una poderosa violencia central vuelve imposible ulteriores guerras. Empero, no es idónea para ello (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 191.

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“(… ) Así, la consecuencia de todos esos empeños guerreros sólo ha sido que la humanidad permutara numerosas guerras pequeñas e incesantes por grandes guerras, infrecuentes, pero tanto más devastadoras.”

Freud, S. (1932-2003), “¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 191.

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“Una prevención segura de las guerras sólo es posible si los hombres acuerdan la institución de una violencia central encargada de entender en todos los conflictos de intereses. Evidentemente, se reúnen aquí dos exigencias: que se cree una instancia superior de esa índole y que se le otorgue el poder requerido. De nada valdría una cosa sin la otra (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra? (1933 [1932]), in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 191.

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“Usted se asombra de que resulte tan fácil entusiasmar a los hombres con la guerra y, conjetura, algo debe de moverlos, una pulsión a odiar y aniquilar, que transija con ese azuzamiento. También en esto debo manifestarle mi total acuerdo (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 192.

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“Entonces, cuando los hombres son exhortados a la guerra, puede que en ellos responda afirmativamente a ese llamado toda una serie de motivos, nobles y vulgares, unos de los que se habla en voz alta y otros que se callan. No tenemos ocasión de desnudarlos todos. Por cierto, que entre ellos se cuenta el placer de agredir y destruir; innumerables crueldades de la historia y de la vida cotidiana confirman su existencia y su intensidad. El entrelazamiento de esas aspiraciones destructivas con otras, eróticas e ideales, facilita desde luego su satisfacción (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 193-194.

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“(…) Es claro que, como usted mismo puntualiza, no se trata de eliminar por completo la inclinación de los hombres a agredir; puede intentarse desviarla lo bastante para que no deba encontrar su expresión en la guerra”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 195.

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“Si la aquiescencia a la guerra es un desborde de la pulsión de destrucción, lo natural será apelar a su contraria, el Eros. Todo cuanto establezca ligazones de sentimiento entre los hombres no podrá menos que ejercer un efecto contrario a la guerra. Tales ligazones pueden ser de dos clases. En primer lugar, vínculos como los que se tienen con un objeto de amor, aunque sin metas sexuales. El psicoanálisis no tiene motivo para avergonzarse por hablar aquí de amor, pues la religión dice lo propio: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. Ahora bien, es fácil demandarlo, pero difícil cumplirlo. La otra clase de ligazón de sentimiento es la que se produce por identificación (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 195.

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“¿Por qué nos sublevamos tanto contra la guerra, usted y yo y tantos otros? ¿Por qué no la admitimos como una de las tantas penosas calamidades de la vida? Es que ella parece acorde a la naturaleza, bien fundada biológicamente y apenas evitable en la práctica. […] La respuesta sería: porque todo hombre tiene derecho a su propia vida, porque la guerra aniquila promisorias vidas humanas, pone al individuo en situaciones indignas, lo compele a matar a otros, cosa que él no quiere, destruye preciosos valores materiales, productos del trabajo humano, y tantas cosas más. También, que la guerra en su forma actual ya no da oportunidad ninguna para cumplir el viejo ideal heroico, y que debido al perfeccionamiento de los medios de destrucción una guerra futura significaría el exterminio de uno de los contendientes o de ambos (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 196-197.

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“Ahora bien, la guerra contradice de la manera más flagrante las actitudes psíquicas que nos impone el proceso cultural, y por eso nos vemos precisados a sublevarnos contra ella, lisa y llanamente no la soportamos más. La nuestra no es una mera repulsa intelectual y afectiva: es en nosotros, los pacifistas, una intolerancia constitucional, una idiosincrasia extrema, por así decir (…)”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra?, in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 198.

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“¿Cuánto tiempo tendremos que esperar hasta que los otros también se vuelvan pacifistas? No es posible decirlo, pero acaso no sea una esperanza utópica que el influjo de esos dos factores, el de la actitud cultural y el de la justificada angustia ante los efectos de una guerra futura, haya de poner fin a las guerras en una época no lejana. Por qué caminos o rodeos, eso no podemos colegirlo. Entretanto tenemos derecho a decirnos: todo lo que promueva el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra.”.

Freud, S. (1932-2003), ¿Por qué la guerra? (1933 [1932]), in Obras completas, tomo XXII, Buenos Aires, Amorrortu, p. 198.

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Boletín 1: Psicoanálisis y guerra

“PSICOANÁLISIS Y GUERRA”

CITAS ELEGIDAS DESDE LA BIBLIOTECA # 1

Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte – S. Freud

Se ha desencadenado una ofensiva militar rusa en Ucrania, la que ha sido condenada por la Asociación Mundial de Psicoanálisis en un comunicado donde se destaca la existencia de la “Initiative Ukranie” de la New Lacanian School y se muestra un apoyo decidido a los colegas y amigos ucranianos que se encuentran bajo los estragos de la guerra. Además, se da cuenta de su solidaridad con los colegas de la “Initiative Russie” —también adscritos a la NLS— comprometidos con la causa analítica.

Comunicados de diferentes Escuelas de la AMP han aparecido oportunamente, dejando en claro nuestra orientación política: la guerra y la violencia atentan contra la democracia, el Estado de Derecho, coarta las libertades fundamentales de expresión y de palabra; en consecuencia: atentan contra la práctica analítica, lo que debe ser rechazado.

La ELP enfatiza que, si la historia es una pesadilla —recordando a Joyce—, un nuevo episodio obsceno y feroz comienza para la Europa del siglo XXI. La EOL enfatizó un “¡No!” decidido a la guerra, la invasión y cualquier ejercicio arbitrario de poder que golpee la vida democrática. La NELcf apuesta por la dignidad de un discurso que no pretenda gobernar, transmitiendo un mensaje de coraje y solidaridad a los afectados directamente en su vida.

La Comisión Permanente para la Literatura y las Artes, de la Liga de las Naciones, encargó en 1931 al “Instituto Internacional de Cooperación Intelectual” que organizara un intercambio epistolar entre intelectuales. Una de las primeras personalidades en participar fue Albert Einstein, quien sugirió a Freud como su interlocutor; de este intercambio acontecido en 1932 surgió el texto “¿Por qué la guerra?”. El año siguiente, el Instituto publicó esta correspondencia en alemán, francés e inglés; pero, su circulación fue prohibida en Alemania.

Este 26 de febrero del 2022 hubo una conexión Zoom entre colegas ucranianos, rusos, miembros de la NLS y otras Escuelas de la AMP, donde más de 500 asistentes fuimos convocados en torno a esa misma pregunta: “¿Por qué la guerra?”, procurándose poner allí las “palabras necesarias” a este real que surgió y apelando así a la opinión ilustrada.

Este primer boletín recoge una serie de citas de Freud compiladas por Patricio Moreno Parra, quien forma parte de la Comisión de Biblioteca. Habrá próximos boletines donde proseguiremos esta reflexión, pues como dice el reconocido Fernando Mires: tenemos que seguir pensando y discutiendo sobre lo que está ocurriendo, de un modo muy intenso.

Jessica Jara Bravo

Responsable de la Comisión de Biblioteca de la NEL-Guayaquil

*** SIGMUND FREUD ***

“La tesis tan perentoriamente formulada aquí, «Todo lo que perturba la prosecución del trabajo es una resistencia», podría dar origen con facilidad a un malentendido. Desde luego, sólo tiene el valor de una regla técnica, de una advertencia para el analista. No debe dudarse de que durante un análisis pueden producirse diversos hechos ajenos a la intención del analizado. Puede morir el padre del paciente sin que él lo haya matado, también puede estallar una guerra que ponga fin al análisis. Pero tras la manifiesta exageración de esa tesis se esconde un sentido novedoso y correcto. Por más que el suceso perturbador sea real e independiente del paciente, a menudo depende de este el grado de perturbación a que da lugar, y la resistencia se evidencia inequívocamente en el pronto y desmedido aprovechamiento de una oportunidad tal”.

Freud, Sigmund. La interpretación de los sueños (1900) Nota agregada en 1925. Obras completas, tomo V. Buenos Aires: Amorrortu, p. 511.

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“Envueltos en el torbellino de este tiempo de guerra, condenados a una información unilateral, sin la suficiente distancia respecto de las grandes trasformaciones que ya se han consumado o empiezan a consumarse y sin vislumbrar el futuro que va plasmándose, caemos en desorientación sobre el significado de las impresiones que nos asedian y sobre el valor de juicio que nos formamos”.

“El individuo que no se ha convertido en combatiente —y por tanto en una partícula de la gigantesca maquinaria de guerra— se siente confundido en su orientación e inhibido en su productividad”.

“Cuando hablo de desilusión, todo el mundo comprende enseguida lo que quiero significar. No hace falta ser un visionario compasivo; es posible reconocer la objetiva necesidad biológica y psicológica del sufrimiento en la economía de la vida humana y, no obstante eso, condenar las guerras en cuanto a sus medios y a sus objetivos, y anhelar su terminación”.

Freud, Sigmund. De guerra y muerte. Temas de actualidad (1915). Obras completas, tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu, p. 277.

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El disfrute de la comunidad de cultura fue turbado en ocasiones por algunas voces; ellas advertían que, a causa de diferencias heredadas de antiguo, serían inevitables todavía las guerras entre las naciones que la integraban. No se les quiso dar crédito, pero, ¿cómo se imaginaba una guerra así, si es que había de sobrevenir?

“Los pueblos están más o menos representados por los Estados que ellos forman; y estos Estados, por los gobiernos que los rigen. El ciudadano particular puede comprobar con horror en esta guerra algo que en ocasiones ya había creído entrever en las épocas de paz: que el Estado prohíbe al individuo recurrir a la injusticia, no porque quiera eliminarla, sino porque pretende monopolizarla como a la sal y al tabaco”.

“Dos cosas en esta guerra han provocado nuestra desilusión: la ínfima eticidad demostrada hacia el exterior por los Estados que hacia el interior se habían presentado como los guardianes de las normas éticas, y la brutalidad en la conducta de individuos a quienes, por su condición de partícipes en la más elevada cultura humana, no se los había creído capaces de algo semejante”.

Freud, Sigmund. De guerra y muerte. Temas de actualidad (1915). Obras completas, tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu, p. 280-2.

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“Y siendo así, también la reforma pulsional en que descansa nuestra aptitud para la cultura puede ser deshecha —de manera permanente o temporaria— por las influencias de la vida. Sin duda, los efectos de la guerra se cuentan entre los poderes capaces de producir semejante involución; por eso, no necesariamente hemos de negar aptitud para la cultura a todos los que en el presente se comportan de manera inculta, y nos es lícito esperar que su ennoblecimiento pulsional habrá de restablecerse en épocas más pacíficas”.

“La experiencia psicoanalítica no ha hecho sino realzar, si cabe, este aserto. Puede mostrar todos los días que los hombres más perspicaces caen repentinamente en una conducta sin acumen, como de idiotas, tan pronto como la intelección requerida tropieza en ellos con una resistencia afectiva, pero también recuperan toda su inteligencia cuando esta es vencida. Por tanto, la ceguera para lo lógico que esta guerra, como por arte de magia, ha producido justamente en los mejores de nuestros conciudadanos es un fenómeno secundario, una consecuencia de la excitación afectiva, y está destinada, así podemos esperarlo, a desaparecer con ella”.

“Es evidente que la guerra ha de barrer con este tratamiento convencional de la muerte. Esta ya no se deja desmentir {verleugnen}; es preciso creer en ella. Los hombres mueren realmente; y ya no individuo por individuo, sino multitudes de ellos, a menudo decenas de miles un solo día. Ya no es una contingencia. Por cierto todavía parece contingente que un determinado proyectil alcance a uno o a otro; pero al que se salvó quizá lo alcance un segundo proyectil, y la acumulación pone fin a la impresión de lo contingente. La vida de nuevo se ha vuelto interesante, ha recuperado su contenido pleno”. 

Freud, Sigmund. De guerra y muerte. Temas de actualidad (1915). Obras completas, tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu, p. 288-292.

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“Fácil es señalar el modo en que la guerra se injerta en esta disarmonía. Nos extirpa las capas más tardías de la cultura y hace que en el interior de nosotros nuevamente salga a la luz el hombre primordial. Nos fuerza a ser otra vez héroes que no pueden creer en la muerte propia; nos señala a los extraños como enemigos cuya muerte debe procurarse o desearse; nos aconseja pasar por alto la muerte de personas amadas. Pero la guerra no puede eliminarse; mientras las condiciones de existencia de los pueblos sean tan diversas, y tan violentas las malquerencias entre ellos, la guerra será inevitable”.

“Recordamos el viejo apotegma: «Si vis pacem, para bellum»: Si quieres conservar la paz, ármate para la guerra. Sería tiempo de modificarlo: «Si vis vitam, para mortem»: Si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte”. 

“Esta guerra hace que me atreva a recordarle dos tesis sustentadas por el psicoanálisis que indudablemente han contribuido a su impopularidad.

Partiendo del estudio de los sueños y las acciones fallidas que se observan en personas normales, así como de los síntomas de los neuróticos, el psicoanálisis ha llegado a la conclusión de que los impulsos primitivos, salvajes y malignos de la humanidad no han desaparecido en ninguno de sus individuos sino que persisten, aunque reprimidos, en el inconciente (para emplear el término de nuestro lenguaje), y que esperan las ocasiones propicias para desarrollar su actividad (…)”.

Apéndice. Carta al doctor Frederik van Eeden (1914).

Freud, Sigmund. De guerra y muerte. Temas de actualidad (1915). Obras completas, tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu, p. 300-2.

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“Cuando acaba de renunciar a todo lo perdido, se ha devorado también a sí mismo, y entonces nuestra libido queda de nuevo libre para, si todavía somos jóvenes y capaces de vida, sustituirnos los objetos perdidos por otros nuevos que sean, en lo posible, tanto o más apreciables. Cabe esperar que con las pérdidas de esta guerra no suceda de otro modo (…)”.

Freud, Sigmund. La transitoriedad (1915). Obras completas, tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu, p. 311.

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“Antes que esos designios pudieran cumplirse sobrevino la terminación de la guerra; las organizaciones estatales sucumbieron y el interés por las neurosis de guerra dejó sitio a otras preocupaciones; pero lo definitorio es que al cesar las condiciones de la guerra desaparecieron también la mayor parte de las neurosis provocadas por ella”.

“Durante el tratamiento de las neurosis de guerra, a que los obligaba el servicio militar, se aproximaron a las doctrinas psicoanalíticas médicos que hasta entonces habían permanecido alejados de ellas. Del informe de Ferenczi, el lector puede inferir con cuántas vacilaciones y escamoteos se consumó esa aproximación. De ese modo se comprobaron también en las neurosis de guerra, y se admitieron casi universalmente, algunos de los factores que el psicoanálisis había discernido y descrito hacía tiempo en las neurosis de tiempos de paz: el origen psicógeno de los síntomas, el significado de las mociones pulsionales inconcientes, el papel de la ganancia primaria de la enfermedad en la tramitación de conflictos anímicos («refugio en la enfermedad»)”.

Freud, Sigmund. Introducción a Zur Psychoanalyse der Kriegsneurosen (1919). Obras completas, tomo XVII. Buenos Aires: Amorrortu, p. 205.

Informe final de la Comisión de Biblioteca Nel Guayaquil / 2018-2020

La Comisión de Biblioteca de Nel Guayaquil en este período ha estado coordinada por Ana Ricaurte (miembro) y Ana María Haddad (asociada), interesadas en constituir un puente articulador entre la vida de la Escuela  y  la ciudad, tal como nos orientaron las propuestas de la Coordinación de las Bibliotecas de la NEL, que en este período tomó como eje la vinculación entre Arte y Psicoanálisis, bajo la rúbrica Dejarnos enseñar por el arte.

Se adhirieron a la Comisión de Biblioteca: Silvana Gallegos, Gabriela Febres Cordero y Mariana Estacio.

La Comisión de Biblioteca de Nel Guayaquil se incorporó al trabajo de las bibliotecas de la región y con ellas, a la preparación del IX Enapol y del XII Congreso de la AMP.

 

Parte 1

Participación en la Cuarta Conversación sobre odio, cólera, indignación

Participar en la Cuarta Conversación con un trabajo sobre el tema del IX Enapol propició un encuentro con artistas ecuatorianos y una investigación sobre sus obras, a la que pudimos nombrar “Un decir que violenta.  O, un esfuerzo más de poesía”[1].

Conseguimos abrir dos puertas: la del cine, con la película Rabia del director quiteño Sebastián Cordero y un recorrido por la escritura de dos guayaquileñas, María Fernanda Ampuero y Mónica Ojeda.  Recorrido gozoso al ir descubriendo otras obras más de autores ecuatorianos.

Una buena ocasión para escoger un primer texto y una autora, fue asistir a la presentación de María Fernanda Ampuero y su libro de cuentos “Pelea de gallos”.  La presentadora le dice “No escribes sobre lo terrible, escribes en terrible…  Hay una acción política allí”.  Responde Ampuero. “Porque hay cosas indecibles en la familia, que necesitan monstruas[2] para decirlas.  Crecer en familia es una acumulación de daños…   La familia aquí es monstruosa porque hay un canon del que es muy fácil salirse, se camina en cables”.  “No se admite el queer, no se admiten los cuerpos distintos, la pesadumbre, la enfermedad mental”.  Su lugar de enunciación en su escritura es la rabia, la furia.  Fuera de la ficción, también.  Lo reivindica.

Continuamos con “Mandíbula” y “Nefando” de Mónica Ojeda.  Son obras que hacen una revelación indignada de la violencia y la afrenta en las relaciones familiares y con ellas recibe prestigiosos premios literarios. En esta coyuntura me acojo a la frase de Lacan en Kant con Sade, tienen que transcurrir 100 años en las profundidades del gusto para que surja este momento que privilegia decir lo que no se dice de la familia, una enunciación con rabia, y que despierte tanto interés por leerla. 

María Paulina Briones, editora y crítica literaria,  nos guio a una serie de obras[3] impactantes por la fuerza de transmisión de estas pasiones, y al mismo tiempo por un decir poético,  que define Briones como descenso a un borde y poder escuchar algo, allí donde los demás sólo captamos un murmullo. “La palabra poética penetra en lo inefable, penetra lentamente en la noche de lo inexpresable”.  En “Nefando” fluye la poesía  para dar movimiento a una historia sobre el límite de la novela, la creación  o  sentido del arte, indaga todo lo que en el lenguaje se construye como zona oscura.  El compendio de episodios de violencia infantil, necrofilia, incesto, transformado en lírico se vuelve desconcertante.  Dice Ojeda “mi madre nunca nos buscó, crecimos en casa hecha de líquenes donde el silencio se ensanchaba de extremo a extremo y nos mecía como si pudiéramos dormir con la boca cerrada”.

Lacan en el Seminario 17, indica la posición de objeto del niño y cómo su cara de desecho podrá ser recubierta por el deseo de aquellos que lo acogen. Cada uno de nosotros, dice él, es “determinado primero como objeto a”, en la medida en que somos “cada uno aborto de lo que fue, para quienes le engendraron, causa de deseo”[4]

Ampuero, en su cuento Subasta se sirve de la ironía que hace fluir la densidad de las vivencias infantiles de la hija del criador de gallos de pelea, niña pequeña, desmerecida por su sexo, escualidez, falta de gracia, destinada a recoger  las vísceras de los gallos muertos.  Pronto aprende a hacerlas parte de ella, como su coraza y salvación en el mundo de hombres atroces en el que pasa sus días.

La actualización de la oscura historia infantil se presenta a la mujer, en un secuestro-express (acontecimiento de la actualidad, como acto de odio que lleva al sujeto a una posición de indignidad).  En esta ocasión enfrenta una feroz experiencia de subasta de personas secuestradas, valoradas según el apetito del postor.  Nuevamente las inmundicias son su salvación para burlar la maldad del otro. Sus contenidos intestinales y otros fluidos recubrirán su cuerpo en una degradación y descomposición de sí mismo, voluntaria y controlada, operación que conoce muy bien, para volverse insoportable a la mirada del otro.  

En la película “Rabia”[5] de Sebastián  Cordero hay una lectura del odio en el que se puede reconocer la pulsión de muerte, en el empuje  a lo peor de sus actos, al crimen y a la propia aniquilación.  Es ésta la deriva que toma la vida del protagonista, despojándose progresivamente de su humanidad, en una historia de migración, tratado con desprecio y burla. Es lo que viene del campo del Otro desatando su odio, pero en la película hay la intuición de ese otro campo más complejo, de lo propio.  Es lo que nos hace saber el director en la entrevista[6] realizada, en el guión hace un giro respecto a la novela que lo origina en la que el hombre muere enfermo de rabia, mordido por una rata.   Para poder captar eso de otro orden, en la reformulación de Cordero, muerefumigado, “muere como rata”Apunta a otra cosa que nos dirige hacia lo Uno, la existencia, el ser más allá de lo ontológico, el ser de rata.  Miller[7] con referencia al fin del análisis, dice que lo que despeja, lo que persiste, es la existencia, el registro del Hay. 

En nuestra consideración, en la sutileza de una escena final, Cordero da un tratamiento a lo ruinoso de José María.  Con algo que él llama un recurso de estilización, logra envolver la degradación de su muerte.   El hombre que está muriendo sale de su escondite de rata desde el cual espiaba la vida de los otros, para conocer al hijo que ha nacido. Y darle un abrazo para soñar el sueño final del amor, como un hombre.  ¡Un esfuerzo más de poesía!

En la entrevista con el director de cine Sebastián Cordero participaron con Ana Ricaurte, dos asociados: Miguel de la Rosa y Adriana Pérez.  Colaboraron en la filmación Eduardo Espinoza y Andrea Robles, participantes en el espacio de investigación de Cine y Psicoanálisis declarado en la Comisión de Biblioteca.

En la mesa redonda en Casa Morada sobre escritoras ecuatorianas participaron Ana Ricaurte, Mayra de Hanze y la expositora de esta investigación, la editora Paulina Briones.  Asistieron miembros, asociados y amigos de la escuela y de Casa Morada.

Informe final de la Comisión de Biblioteca Nel Guayaquil

2018-2020

Parte 2

Investigación hacia el XII congreso de la AMP: “El sueño. Su interpretación y su uso en la cura psicoanalítica”.

La Comisión de Biblioteca de Nel Guayaquil organizó el estudio de los textos de orientación para el Congreso, con la participación de varios asociados: Ana María Haddad, Juan Pablo Bitar, con presentaciones en Viernes de Escuela y con Miguel de la Rosa y Julia Avilés, trabajando sueños en los testimonios de AE.  Coordinó Ana Ricaurte

Reseña del 6to Encuentro de Bibliotecas de la Nel

La Comisión de Biblioteca de Nel Guayaquil colaboró en la reseña del sexto Encuentro de las bibliotecas de la NEL.  Con un programa que sigue a Lacan, dejándonos enseñar por el arte, en las distintas ciudades de la NEL, sus miembros y asociados hemos tomado las pistas de la obra de varios artistas latinoamericanos, fotografía, literatura, música.  Se ha dado un descubrimiento encantador de artistas de la vasta geografía y cultura, en este intercambio. En un primer tiempo el nucleador fue el Encuentro Enapol sobre Odio, cólera, indignación, trayendo a las Escuelas lo que los artistas enseñan y nuestras reflexiones. 

En este segundo tiempo la investigación se vertió hacia el Congreso sobre El sueño. Su interpretación y su uso en la cura psicoanalítica.  Cinco trabajos, de Maite Russi, Francisco Pizani, Giancarla Antezana, Marianna Tulli, Irene Sandner y otros, miembros y asociados, en Maracaibo, Ciudad de México, Santiago, Cochabamba, Caracas, en los que el sueño es el protagonista, enfatizando Gladys Martínez la presencia de la orientación lacaniana, que pone como vector el deseo de despertar, en un uso del sueño propio de la sesión analítica. 

Se recorrieron finamente algunos giros teóricos alrededor del sueño, desde Freud como vía regia al inconsciente, y el deseo de dormir como contrapunto, hasta el sueño como despertar que bordea lo real, hacia el que orienta Jacques Lacan.

En la Comisión de Biblioteca de Nel Guayaquil recabamos algunas de las preciosas pistas de cada trabajo,  para compartirlas con los colegas, conservarlas, o quizás querer recorrerlas un poco más.  Van los aportes de Ana Ricaurte (Coordinadora), Gabriela Febres Cordero y Silvana Gallegos, Asociadas Nel Guayaquil

“Imágenes oníricas, imágenes fotográficas. ¿Un hacedor de sueños, un hacedor de imágenes? Encuentro con Ricardo Jiménez”.  Trabajo presentado por Maite Russi, miembro Nel Caracas.  Comentario Gabriela Febres-Cordero Marín, asociada NEL Guayaquil

Durante el encuentro de Bibliotecas sostenido el 26 de agosto, Gladys Martínez enunció algo que me gustaría retomar: “…me parece que los artistas tienen un saber sobre los imposibles y se orientan por ellos, conquistando un saber hacer.” Me resonó esto en el sentido del psicoanálisis orientado por lo real, que apela a la singularidad del uno por uno y la sostiene a lo largo de la experiencia.

Sin duda el trabajo que trae Maite Russi, aludiendo a las fotografías de Ricardo Jiménez, dan cuenta de la relación entre lo que convoca tanto al analista como al artista en su quehacer. Así como el psicoanalista se deja orientar por lo real, y en la experiencia analítica se va bordeando este agujero a través de los significantes, el fotógrafo dice de su obra “hay palabras que le resuenan en su imagen.”

Roland Barthes es citado en esta conversación, en tanto parece preguntarse por aquello que el fotógrafo busca al momento de disparar. Ubica que hay, en algunas fotografías, una marca sensible. Barthes la llama punctum. Retoma este término en latín, aludiendo a que hay en estas imágenes algo que alude no sólo al pinchazo o al corte, el punto sensible, sino que es también del orden de la contingencia.

Este trabajo me movilizó particularmente en la introducción de un debate, poco ajeno para mí, respecto a si la imagen plasma lo verdadero. Maite realiza este vínculo finamente, junto a lo que va diciendo Ricardo Jiménez en torno a su trabajo. Hay en estas fotografías, como en el sueño, algo que hace traspié y uno queda a la búsqueda… 

Precisamente, la fotografía es una escritura en sí misma, la imagen se sitúa como un lenguaje. Y como tal, se pueden armar ficciones. En ese sentido, la fotografía podría operar como significantes que rodean lo real. “…una invitación a ficcionar lo real”, como lo sitúa Maite. Me deja preguntándome, ¿será que de las imágenes oníricas se puede extraer una invitación similar? Tal vez, como sitúa Maite, de ese punto sensible que provoca luego ese mismo estado de búsqueda extraña ante lo que no se puede nombrar.

“Voyeurista de sueños”.  Trabajo presentado por Irene Sandner, miembro de la NEL en CdMx. Vianney Cisneros, Victoria Ferrero y José Juan Ruíz Reyes, asociados a la NEL-CdMx. 

Comentario Ana Ricaurte, Nel Guayaquil

Siguiendo el movimiento de la pluma que en el cadáver exquisito, sostiene una construcción entre varios, el músico uruguayo Guille del Castillo engarza sueños, uno tras otro en un escenario que en sí mismo se presenta como una imagen onírica en el entrecruzamiento de elementos disímiles, la música del sitarel, que anima a un cuerpo danzante, luces y sombras, los registros de audio de los propios soñantes contando  sus sueños, en “relatos poco consistentes, etéreos, confusos, como suelen ser los relatos oníricos”. 

Soñantes que no duermen al despertar, y pueden enfrentan la presencia de la muerte al ser convertida en experiencia que la  atrapa, en la obra artística. Como dice Irene, con esta expresión artística se logra lo que el análisis hace en transferencia, al establecer un lazo en esa soledad tan particular del sueño, incluyendo al otro que escucha y lee esa experiencia.   Un hallazgo muy acertado de los colegas de Nel CdMx con este artista y su obra, articulándola al interés del psicoanálisis lacaniano sobre los sueños, con las puntuaciones que nos transmiten, sobre el saber inconsciente implicado en ellos, y preguntándose si el sueño es una manera de escribir lo que no puede decirse, tomando una cita de Clara Holguín.

“Pulimentar la piedra del corazón a través de la palabra en Elicura Chihuailaf”.  Trabajo presentado por Francisco Pisani, asociado a la NEL-Santiago.  Comentario Ana Ricaurte.

Oralitura, palabra nueva, palabra poética que surge para lo no nombrado.  Una práctica de la tradición oral del pueblo Mapuche, y de la poesía de las palabras olvidada en las culturas.  En Elicura Chihualaf resuenan en el cuerpo las palabras de sus mayores,  del arte de una conversación que tiene que ver más con el silencio, logra una escritura que recoge lo azul de su infancia.  En su pueblo no hay monumentos, los monumentos son las palabras, son su legado.   Los sueños eran parte importante de este estilo de vida.  ¿Soñaste?  Se preguntan y  los niños aprenden el arte de iluminar los sueños escuchando a sus mayores, se da la transmisión de un saber leer.

La poesía para hacer pasar lo innombrado, es una política, de un pueblo que no ha podido ser dominado, que pone una fuerza de resistencia en su ternura.  En su obra, la palabra porta un misterio que se cruza con la vida.   “La palabra es único instrumento con que podemos tocar el espíritu insondable del otro, la palabra pule, agujerea el corazón del otro”. 

Un hacer con la resonancia de las palabras, con su sonido, que nos enseña un saber hacer con lalengua.

“Un pararrayos de epifanías exorcizadas en la escritura y el teatro”.  Trabajo presentado porMarianna Tulli.  Comentario de Silvana Gallegos, Asociada Nel-Guayaquil

Un pararrayos que condensa esto inasible que viene de una forma desbordada, sin saber cuándo, comenta el escritor. Un pararrayos que permite una escritura, un punto de pausa, algo para y convierte. Un recurso que extrae esta letra que se le impone, y lo convierte en escritura.

¿El artista como un pararrayo de epifanías? Este artista en particular, sí. Marianna Tulli,  recoge muy bien estos detalles valiosos, que se dejan ver a través de una entrevista.

El pararrayos, un significante artístico, que filtra lo inasible que se le presenta y le permite plasmarlo en escritura.

El afirma ‘’el artista es como un pararrayos que recibe emociones… son metáforas obsesivas, uno tiene que exorcizarlas, lo hago mediante la escritura, eso hay que sacarlo’’.

“La bella durmiente. El deseo de dormir”.  Trabajo presentado por Giancarla Antezana.  Comentario de Silvana Gallegos 

Giancarla Antezana nos trasmite el inicio de su investigación con La bella durmiente y el deseo de dormir.  Se cuestiona acerca del sueño, en los cuentos, ¿un sujeto  sin deseo o un sujeto con deseo de dormir?

Citando a Miller, explica cuáles serían las estrategias del sueño ante el deseo, Si la bella durmiente fuera fóbica, el dormir estaría en el servicio de un deseo prevenido. Si fuera obsesiva el dormir sostendría un deseo imposible, como una medida protectora. Si fuera histérica, dormir seria el goce de la privación para desentenderse del deseo y producirlo en el Otro, procurándose su deseo insatisfecho.

Ahora bien, el deseo de dormir y el deseo de despertar, en la presentación, explica muy bien que el que duerme, tiene que despertar, pero se despierta para seguir soñando.  “Esperar al príncipe azul.  Eso es dormir”.

Informe final de la Comisión de Biblioteca Nel Guayaquil

2018-2020

Parte 3

Creación del boletín “la biblioteca sigue abierta”

El boletín de la Biblioteca de Nel Guayaquil se propuso sostener la biblioteca abierta durante la pandemia, invitando desde el mes de abril 2020 a hacer circular citas y elaboraciones de los textos de cada uno.

Al inicio de este período crítico irrumpió en nuestras reuniones de escuela la inquietud de qué hacer con la urgencia.  Algunas formas de tramitarla se pensaron y entre ellas este boletín, acogiendo la constante mención de textos orientadores sobre el tema en cuestión.  Se puso en marcha una invitación a publicar compartiendo lecturas e investigaciones vertidas en una enunciación.  Entre abril y septiembre 2020, constan en 11 boletines, escritos de miembros, asociados y cartelizantes[8].

Con la pregunta ¿qué clínica para la urgencia y el trauma? cada boletín trae su aporte a una investigación que ha recogido conceptos fundamentales para una práctica,  buscados en lecturas cuidadosas de Lacan.

Para recordar algunos de ellos:

Más allá del acontecimiento externo, de lo que se trata es de la efracción del goce[9], siempre es eso,  es el goce desconocido que irrumpe en la rutina del discurso que sostiene las significaciones.  Citamos a María Cristina Giraldo que señala la posición analítica que “hace par” con la urgencia del hablante ser y su goce que irrumpe, no por el lado del auxilio psicoterapéutico.

La política del psicoanálisis no ofrece a un sujeto volver al estado pre-trauma, sino que orienta nuestra experiencia de lo real hacia la reescritura de un modo sint(h)omático de salir de lo mismo.

Frente a la urgencia, hacer fallar a la verdad mentirosa terapeutizante.  De lo que se trata es de lo que excede a la palabra, en el surgimiento de lo que hace agujero.  Lo que rebasa la palabra es el significante martilleando el cuerpo.

El analista sabrá leer la escritura del inconsciente, la que dura, es dura y soporta la palabra que habla de lo insoportable. Escri-dura.

“No hay clínica sin ética[i], refiere Miller ¿y cuál será esa ética propia del psicoanálisis?

 “implica al analista en primer lugar, poner el acento sobre su deseo”.   Que pueda ser sorprendedor de lo real.

“En la práctica psicoanalítica, el trabajo es con las piezas sueltas. Operando con el factor a como condensador de goce que nos orienta en las profundidades del gusto”.

Y por último, el boletín también fue un medio para transmitir algo de la propia práctica, varios escritos han vertido observaciones logradas en las aplicaciones del psicoanálisis, en el trabajo con autistas,  en prácticas que intervienen en lo social orientadas por el discurso lacaniano: en el campo jurídico, con más frecuencia en la educación, donde docentes, psicólogos, practicantes del psicoanálisis en instituciones educativas buscan la forma de introducir el deseo, y de resguardar la palabra del sujeto, a pesar de la intermediación de las pantallas en la educación virtual, de la presencia del virus, y de dificultades con los padres empujados a la función de maestros.

Es una orientación política dar lugar a lo que no se educa, eso que las técnicas reeducativas quieren sepultar.

Nos propusimos diez boletines.  Y publicamos uno más, muy especial, muy próximos a la cita prevista en Bogotá para tratar Lo insoportable de la infancia, con un texto inédito de Maritza Cino, poeta y docente en letras, cartelizante en períodos anteriores, quien también colaboró en el boletín hacia la Primera Jornada de NEL Guayaquil ¿Qué quiere una mujer?  Convocada esta vez por lo no tramitable de la infancia nos entrega “La infancia, un campo minado”, en que reconoce lo estructural de lo imposible de decir con relación a lalengua, a “lo inasible de la infancia… intemporal… que permanece adherido” como causa suficiente que mueve las plumas de Rilke, Alejandra Pizarnik, María Matute y de ella misma, en el acto de escribir.  Abrochamos con el número 11 este boletín de pandemia, con la investigación que Maritza Cino nos ofrece antecedida por su propia poesía.

Decir de sí, de lo más íntimo, de lo que no se acomoda al discurso del Amo, sucede en la poesía y en la experiencia psicoanalítica porque introduce un discurso diferente que no toma la vía del sentido y puede dar lugar a lo singular del goce del hablante ser.

Once boletines sostenidos en una alegre y comprometida transferencia de trabajo.  Colaboraron en su edición, armado y difusión en redes: Gabriela Febres Cordero y Silvana Gallegos, con la coordinación de Ana Ricaurte.

Participaron en la escritura de los 11 boletines:

Nº 1 Silvana Gallegos y Ana Ricaurte

Nº 2 Alvaro Rendón y Juan Cando

Nº 3 Mayra de Hanze y Jessica Jara

Nº 4 Adriana Pérez y Juan de Althaus

Nº 5 Mónica Febres Cordero y María Victoria Clavijo

Nº 6 Gabriela Febres Cordero y Verónica Esteves

Nº 7 María Beatriz Paredes

Nº 8 Julia Avilés y Piedad Ortega

Nº 9 Tina Zerega y Silvana Gallegos

Nº 10 Mariana Estacio y Fernanda Carrera

Nº 11 Maritza Cino y Ana Ricaurte


[1] Texto enviado para Colofón 37

[2] “Las monstruas”,  o “dantescas” que bajan a los infiernos, es como se autodenominan varias de estas jóvenes escritoras guayaquileñas.

[3] Sánchez, Karina. “Senos Maravillosos”.  Silva, Daniela. “Siberia” y otras.

[4] Boletin OCI 2.  “Ningún padre para ver que me estoy quemando”.

[5] Cordero, S. “Rabia”.  (https://zoowoman.website/wp/movies/rabia/

[6] Cordero, S. https://www.youtube.com/watch?v=1kGoinqCKm4

[7] Miller, J-A.  Seminario El ser y el Uno, sesión del 18.5.11. Inédito.

[8] Los boletines se encuentran en el blog de NeL Guayaquil:   https://nelguayaquil.org/category/biblioteca/

[9] Miller. El ser y el Uno.  Lección marzo 23, 2011.


[i] Miller-J-A. , Conferencias porteñas tomo I, Paidós, Bs.As. 2009, pag. 72

Boletín 11: Biblioteca Nel Guayaquil

Boletín #11
Septiembre 25 del 2020

¡La Biblioteca sigue abierta!

LA INFANCIA, UN CAMPO MINADO
Maritza Cino Alvear*

A veces la infancia
es una lanza adormecida
en el territorio del lenguaje/
los ojos se abren a la estrechez del mundo/
 el advenimiento del primer monosílabo/
los primeros pasos tropiezan el abismo/
la cobertura del sol ha descendido/
el llanto asoma detrás de la mirada/ vientre.

 

Maritza Cino Alvear

Sospecho que el territorio de la infancia es un campo minado al que se vuelve una y otra vez. También sospecho que no lo cruzamos conscientemente, sino más bien esquivamos el centro móvil para tomar el mejor atajo que nos permita zigzaguear y no mostrarnos ni despertar al fantasma.

Sabemos que la infancia está repleta de vivencias diversas, es un ir y venir a través de la existencia y frente a esa posibilidad ineludible e interminable, toma fuerza el enunciado de Ana María Matute, novelista española cuando dice: A veces la infancia es más larga que la vida; la frase me conduce a lo infinito e inasible, a lo que no tiene medida ni caducidad. Esa vía/etapa que desborda a todas y permanece adherida, indisoluble y encarnada.
En un artículo de Camila Builes, (1) sobre La invención de la infancia en la literatura, se menciona:
La infancia es el lugar de la memoria y el mito: es la etapa de los primeros recuerdos, de la sorpresa por el mundo y el descubrimiento de todo lo que lo compone. Desde la escritura se acude a esas primeras imágenes o recuerdos pantallas, según Sigmund Freud, que son reconstruidas ficticiamente por el sujeto desde sucesos reales o fantasmas, para comprender ese primer ser en la vida, la singularidad, el pasado que contiene la sustancia que explica una parte importante del presente, las motivaciones personales, la identidad actual, los proyectos del futuro.  Se revisa la temprana edad que da origen a esa identidad múltiple y final. 

Cuando pienso que en la infancia se fabulan el mito y la memoria de la que habla Builes, capturo los primeros tejidos y mixturas adheridos en algún lugar sin límites; también a partir de mis lecturas y experiencia poética advierto que ese paraíso encantado de juegos y afectos no siempre es como usualmente se espera, un espacio de seguridad umbilical que según se afirma es decisivo para que la vida sea más estructurada y llevadera.

Todos los escritores en algún momento han depositado en su creación fragmentos de infancia, han metaforizado sus recuerdos de diversas maneras, han asistido a una especie de catarsis al reescribir esas remembranzas iniciales, franjas de memoria de variados tonos e intensidades que deambulan por el desasosiego, hacia esa pulsión inaugural: escena  primal que se repite al infinito.

La poeta argentina Alejandra Pizarnik, en uno de sus textos más célebres confiesaEscribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura, porque todos estamos heridos. Y parecería que algo se empieza a develar para todos los que la leemos y avizoramos que contemplar la infancia a través de la escritura poética, es zurcir la herida, la escisión, el rompimiento de lo simbólicamente velado, la abstracción del dolor en el fonema.

Raine Maria Rilke, (2) poeta y novelista austriaco del siglo XX, había escrito en sus Elegías que el destino no es más que lo denso de la infancia. No, es más: no en el sentido de “no es otra cosa que esto”, sino, la infancia es más que el destino, el destino es menos que la infancia. La infancia, en su densidad, lo sobrepasa. Como si la infancia se resistiera al destino, toda vez que en sus horas —las horas de la infancia, el tiempo de la infancia— acontece la disolución radical de toda teleología, de toda destinación.
 Como si el tiempo de la infancia, no tuviese nada que ver con aquel tiempo histórico lineal, puesto que, en él, en aquellas horas, siempre hay un más, un denso exceso que resulta ser inadministrable, irreductible a las categorías tradicionales de la temporalidad:
Oh, horas de la infancia, cuando detrás de las figuras había más que solo pasado y ante nosotros no estaba el futuro (Rilke 2002).

Una vez más la infancia intemporal anclando su peso y densidad, la construcción deconstructiva del fantasma insomne. Algo parecido al juego en un campo minado, donde la poesía permuta lo innombrable, porque de alguna forma: Evocar la infancia es instalar la ausencia en el lenguaje.

*Cartelizante Nel Guayaquil en periodos anteriores

(1) Camila Builes, La invención de la infancia en la literatura. El espectador, Bogotá, 2016
(2)Matías Sánchez Ponce, Rilke, la infancia indeterminada, Síntesis, Revista de Filosofía, Chile, 2017
(3)Poemas/textos, Matute, Pizarnik, Rilke.

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LA PERMUTACIÓN EN LA COMISIÓN DE BIBILIOTECA DE NEL GUAYAQUIL
Ana Ricaurte*

El boletín de la biblioteca de Nel Guayaquil que se propuso sostener la biblioteca abierta durante la pandemia, desde el mes de abril, hace un corte con el número 11, dando paso a la permutación en la Comisión de biblioteca y a nuevos proyectos que vinculen a la sede con la comunidad.

Al inicio de este período crítico irrumpió en nuestras reuniones de escuela la inquietud de qué hacer con la urgencia.  Algunas formas de tramitarla se pensaron y entre ellas este boletín, acogiendo la constante mención de textos orientadores sobre el tema en cuestión.  Se puso en marcha una invitación a publicar citas de sus propios textos y su propia investigación vertida en una enunciación.  Constan en 11 boletines escritos de Miembros, asociados y cartelizantes.

Con la pregunta qué clínica para la urgencia y el trauma, cada boletín trae su aporte a una investigación que ha recogido conceptos fundamentales para una práctica,  buscados en lecturas cuidadosas de Lacan, y también elaboraciones de la propia clínica.
Para recordar algunos de ellos:

Más allá del acontecimiento externo, de lo que se trata es de la efracción del goce[1], siempre es eso,  es el goce desconocido que irrumpe en la rutina del discurso que sostiene las significaciones.  Citamos a María Cristina Giraldo que señala la posición analítica que “hace par” con la urgencia del hablante ser y su goce que irrumpe, no por el lado del auxilio psicoterapéutico.

La política del psicoanálisis no ofrece a un sujeto volver al estado pre-trauma, sino que orienta nuestra experiencia de lo real hacia la reescritura de un modo sint(h)omático de salir de lo mismo.

Frente a la urgencia, hacer fallar a la verdad mentirosa terapeutizante.  De lo que se trata es de lo que excede a la palabra, en el surgimiento de lo que hace agujero.  Lo que rebasa la palabra es el significante martilleando el cuerpo.

El analista sabrá leer la escritura del inconsciente, la que dura, es dura y soporta la palabra que habla de lo insoportable. Escri-dura.
“No hay clínica sin ética[i], refiere Miller  ¿y cuál será esa ética propia del psicoanálisis?
implica al analista en primer lugar, poner el acento sobre su deseo”.   Que pueda ser sorprendedor de lo real.

En la práctica psicoanalítica el trabajo es con las piezas sueltas. Operando con el factor a como condensador de goce que nos orienta en las profundidades del gusto.
Y por último, el boletín también fue un medio para transmitir algo de la propia práctica, varios escritos han transmitido observaciones logradas en las aplicaciones del psicoanálisis, en el trabajo con autistas,  en prácticas que intervienen en lo social orientadas por el discurso lacaniano: en el campo jurídico, con más frecuencia en la educación, donde docentes, psicólogos, practicantes del psicoanálisis en instituciones educativas buscan la forma de introducir el deseo, y de resguardar la palabra del sujeto, a pesar de la intermediación de las pantallas en la educación virtual, de la presencia del virus, y de dificultades con los padres empujados a la función de maestros.

Es una orientación política dar lugar a lo que no se educa, eso que las técnicas reeducativas quieren sepultar.

Han sido diez boletines.  Y uno más hoy, cuando estuviéramos próximos a la cita en Bogotá para tratar lo insoportable de la infancia, con un texto inédito de Maritza Cino, poeta y docente en letras, cartelizante en períodos anteriores, colaboró en el boletín hacia la Primera Jornada de NEL Guayaquil ¿Qué quiere una mujer?  Convocada esta vez por lo no tramitable de la infancia nos entrega “La infancia, un campo minado”, en que reconoce lo estructural de lo imposible de decir con relación a lalengua, a “lo inasible de la infancia… intemporal… que permanece adherido” como causa suficiente que mueve las plumas de Rilke, Alejandra Pizarnik, María Matute y de ella misma, en el acto de escribir.  Abrochamos con el número 11 este boletín de pandemia, con la investigación que Maritza Cino nos ofrece antecedida por su propia poesía.
Decir de sí, de lo más íntimo, de lo que no se acomoda al discurso del Amo, sucede en la poesía y en la experiencia psicoanalítica  porque introduce un discurso diferente que da lugar a lo singular del goce y propone al hablante ser responsabilizarse de ello.


*Miembro de la Nueva Escuela Lacaniana

(1) Miller-J-A. , Conferencias porteñas tomo I, Paidós, Bs.As. 2009, pag. 72
(2) Miller. El ser y el Uno.  Lección marzo 23, 2011.

Comisión de Biblioteca Nel-Guayaquil

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Coordinadora del Boletín
Ana Ricaurte.

Diseño y Edición
Gabriela Febres-Cordero.
Ana Ricaurte.
Silvana Gallegos.

Boletín 10: Biblioteca Nel Guayaquil

Boletín #10
Septiembre 11 del 2020

¡La Biblioteca sigue abierta!

La frase irónica “Ok boomer” es certera para mostrar la desvalorización de la tradición y la falta de creencia en el Otro.  ¿Cómo hacer para que el sujeto estudiante no pase del Otro y consienta al conocimiento? Se trata de encontrar nuevas vías que generen nuevos “contratos de lectura”.

Los dos escritos reflexionan sobre los giros que hacen los maestros para reinventar el vínculo con el estudiante, para poder tender un lazo en la brecha generacional, acentuada por el distanciamiento físico de los sujetos en la pandemia.  Basándose en una lectura de la época y de sus efectos subjetivos, presentan dos propuestas de que en la  práctica de enseñanza se privilegie sostener el deseo de saber.  Introducir el deseo es una política lacaniana. Invenciones, estrategias,  que toman la oportunidad de poder articular las nuevas formas de relación de los más jóvenes con los temas que les interesan, a la oferta académica de la educación.

            Ana Ricaurte

 

¿REINVENTAR EL VÍNCULO EDUCATIVO?
Mariana Estacio*
Por su concepción del sujeto, el psicoanálisis permite reflexionar asuntos como la educación de forma inédita. Las restricciones a causa de la pandemia nos llevan a migrar a una modalidad de clases no presenciales, lo cual atraviesa a docentes y estudiantes de distintas formas. Voy a comentar desde mi función docente con jóvenes estudiantes en el ámbito universitario.

Me preguntaba  ¿estamos en el marco de una transformación educativa? Diría que sí, hay un cambio fundamental con relación a la no presencia de los cuerpos en un espacio físico como es el aula de clases, entonces ¿cómo opera la transmisión, si esta transmisión se sirve del lenguaje?  como expresa Caram (2018):

…a partir del lenguaje que los docentes presentan los contenidos escolares, pero no sólo con palabras, o con libros, sino también con la entonación que le dan a esas palabras, con la mirada, con los gestos, con los actos, todo forma parte del lenguaje. (parr.5)

Reinventar el Vínculo Educativo

El deseo de enseñar está del lado del deseo del docente, en tanto atiende la particularidad de cada sujeto, particularidad que no es borrada a partir de una oferta estándar. Sino que es sostenida por una oferta educativa que incluye al sujeto, allí donde por efecto de una cámara o una pantalla hay algo que se puede perder, hay algo que se puede generalizar.

Si hablamos del deseo de educar podría decirse que es lo opuesto a la homogenización, es la atención a la particularidad de cada sujeto, a los avatares de su hacer con la oferta educativa: cómo la toma, la transforma, la rechaza. (Tizio citada por Caram 2003, párr. )

Sostener el deseo de Saber está del lado del estudiante a partir de las maniobras del docente. El deseo surge a partir de un vacío estructural, a partir de la pérdida del objeto y a lo largo de la vida se va desplazando metonímicamente e invistiendo nuevos objetos que cubran dicha falta, entre estos objetos está el saber. En la modalidad de clases no presenciales sostener el deseo de saber ha requerido de la invención en tanto ésta surge a partir de lo inédito y de lo desconocido, significantes con los que podemos nombrar el enseñar sin la posibilidad de la mirada, los gestos y los actos. Me serví, entonces de los contenidos que se prestaron para leer la época y los efectos subjetivos.
En cuanto a la transferencia de trabajo no es calculable, es decir no se la puede anticipar. Su manifestación es contingente. Está sostenida en la noción del sujeto supuesto saber, pero también en el amor, ¨La transferencia es amor…es amor orientado, dirigido hacia el saber” (Caram, 2011, p.15), surge a partir de un brillo agalmático que se dirige a un rasgo del docente. Me pregunto  si es posible sin la presencia.

Es claro que en esta modalidad de educación se introduce algo del orden de la invención, término que Lacan utiliza para designar la creación a partir de la nada y pensando en la educación en su forma actual, esa invención toca al docente y al estudiante, sosteniendo sin embargo que del lado del docente al ubicarse en la función del agente de la educación, encausa el deseo bajo la condición de estar él mismo encausado.

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*Asociada Nel-Guayaquil

(1) Tizio, H.Reinventar el Vínculo Educativo: aportaciones de la Pedagogía Social y el Psicoanálisis. (2003).  Barcelona. Editorial Gedisa.
(2) Caram, G. Vínculo educativo. Función docente, discurso y subjetividad. Aportes del psicoanálisis. (2011). III Congreso de Investigación y Práctica Profesional en Psicología.

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OK BOOMER
Fernanda Carrera*

– ¿Usted cree que podría generarse una Tercera Guerra mundial?

Me preguntó una estudiante. Al inicio del año leímos al historiador Harold Bloom y establecimos algunas similitudes y diferencias entre el contexto económico, artístico y político de la I guerra mundial, cuando las mujeres ganan el derecho al voto en Inglaterra, “la producción en serie se adueñó de la vida cotidiana y los periódicos se convirtieron en imperios mediáticos”.

Son los tiempos del caso Dreyfus y también aquellos que vieron desarrollarse las investigaciones de Freud sobre el Edipo y la histeria. Como señala Bloom. “Todo súbdito del imperio hasbúrgico era un Edipo bajo la aplastante figura del emperador”.

– ¿Qué aplasta y que conmueve a los estudiantes contemporáneos?

Desde hace años, producto de mi paso por la Facultad de Filosofía, me dejo orientar por aquellos autores que nos hablan sobre la caída de los meta relatos y el debilitamiento del Nombre del Padre. Considero que las autoridades rígidas -en las que creció la generación boomer, junto a la idea del “Padre de familia” -palidecen. En consecuencia, intento siempre no colocarme en el rol, como docente, de autoridad rígida, sino más bien, de acompañante de un proceso de enseñanza-aprendizaje.

El día que descubrí la existencia de los boomers, mientras transcurría la hora del receso, tres de mis estudiantes me dijeron que querían mostrarme algo.
El video que reprodujeron en la pantalla del aula, mostraba una serie de memes sobre la III guerra mundial. Al terminar el receso les concedo unos dos minutos más para que compartan estos contenidos con la clase.

Mis tres alumnas me han dado una lección magistral sobre contratos de lectura, la acción que el semiólogo Eliseo Verón describió como el pacto que se establece entre los medios de comunicación y sus destinatarios.

En el mundo contemporáneo, los temas de conversación de los jóvenes, aquellos que los apasionan y conmueven, son más cercanos a los memes que a las tradicionales noticias.  Y aunque pueda sonar como una derrota para la lectura, yo creo que, ante todo, es una oportunidad.

Desde aquel día, siempre intento encontrar algún tema viral que sea de interés para los jóvenes, y los invito a analizarlo desde la teoría de la Ciencia Política, Filosofía, Derechos Humanos, Sociología o Antropología que estemos revisando.

Educación en pandemia: cambio de interface

La pandemia ocasionada por el coronavirus ha confinado a millones de docentes y estudiantes, cambiando el espacio del aula de clase por diversas plataformas de intercambio. Tomando la definición de Carlos Scolari, considero que las aulas de clases y las plataformas que utilizamos actualmente, son interfaces.

El consumo de medios tradicionales se ha reducido, siendo reemplazados éstos por las redes sociales, generando nuevos «contratos de lectura” impulsados por los deseos e intereses de las audiencias.

Redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram están llenas de conversaciones vivas, expresadas por los usuarios, que pueden y suelen ser de gran interés para los jóvenes. Son, ante todo, una oportunidad para generar conversación.

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*Cartelizante Nel Guayaquil en periodos anteriores

(1) Hecho noticioso que genera el meme “Ok boomer”: iihttps://www.youtube.com/watch?v=OxJsPXrEqCI
(2) Estadisticas de consumo digital versus medios tradicionales: https://blog.formaciongerencial.com/estadodigitalecuador/

 

Comisión de Biblioteca Nel-Guayaquil

Si desean revisar nuestros boletines, pueden  obtener todos los anteriores  visitando el blog de la escuela en esta dirección    https://nelguayaquil.org/category/biblioteca/

Coordinadora del Boletín
Ana Ricaurte.

Diseño y Edición
Gabriela Febres-Cordero.
Ana Ricaurte.
Silvana Gallegos.

Boletín 9: Biblioteca Nel Guayaquil

Boletín #9
Agosto 28 del 2020

¡La Biblioteca sigue abierta!

 La educación, desde la definición de J-A. Miller (Los miedos de los niños, 2017), es una cuestión política, “epistemopolítica”, centrada en la producción de sujetos.  “El niño es por excelencia el sujeto entregado al discurso del Amo por el sesgo del saber…”,  “…bajo qué dominio caerá el niño para merecer volverse lo que en algunos saberes llamamos un ciudadano”.
Las varias aristas con las que interrogan a la educación y se interrogan a sí mismas las dos autoras en este boletín nos abren la mirada a la complejidad de esta relación entre el sujeto y el saber, más aún cuando ésta está enmarcada por amenazas a la vida, a los afectos, al goce de la vida, a su lugar de palabra.
En esta ocasión, nos acompaña esta imagen con la que podemos dar un lugar lateral a la omnipresente pantalla y poner en primer lugar la expresión de los afectos.

   Ana Ricaurte

 

POSTALES DE UN IMPOSIBLE
Tina Zerega*

Postal 1. Cuando leí las primeras noticias del virus– aún no utilizábamos el significante pandemia – las imágenes de un viaje reciente en el que cientos de turistas chinos circulaban por las calles de ciudades europeas estaban para mí aún frescas.  Resultaron abrumadoras para mí que no había estado en Europa hace casi 10 años.  ¿De dónde salió toda esta marea de gente, esta Babel en movimiento? Y es que sin el viaje, nuestra educación, nuestra vida, parece ahora estar incompleta. Hay que sacar tiempo, endeudarse, y documentarlo en Instagram. Nunca se viaja lo suficiente. Como nunca nos educamos lo suficiente. El viaje es parte de la educación imposible.

Postal 2. Con esas imágenes frescas, fue sencillo imaginarme el virus arribando en algún avión en cualquier momento. Imaginar de golpe la necesidad de una educación “en línea”. La sensación fue la de un fondo musical techno (exactamente la escena de inicio de la película Clímax de Gaspard Noé) en una carrera contra el virus. Decirle virus lo volvía controlable, manejable, vencible.  ¿Por qué a esta cosa ínfima no la podía vencer la ciencia, la que parecía poder rejuvenecer los cuerpos, alargar la existencia, repararnos con prótesis corporales y químicas? ¿Era eso que en la escuela nos enseñan que es posible controlar, manipular, experimentar, observar, abrir, cortar, y en pocos casos quizás respetar, temer, capaz de este caos? Aún así iba a ser posible educar con el virus. Y educarme, porque estoy en medio de mi doctorado, de mi propia carrera de educación imposible.

Postal 3. Lo que no fue fácil imaginar es el virus en el tercer mundo. Y gobernar en pandemia en el tercer mundo es doblemente imposible:  La falta de educación, la corrupción con insumos de salud; los chats desbordándose en búsqueda de tanques y medicinas impronunciables; las redes gritando que la educación era lo más importante, pero que debía pagarse por ella la mitad, los duelos en Facebook. En mi caso particular, la foto de un cadáver envuelto en una manta en un patio a un par de cuadras de mi casa que circulaba en redes.
¿Qué era este sentimiento nuevo de esta esfera con púas flotante cerca de nuestro oído susurrando “recuerda que eres mortal”? Dejamos de decirle virus para decirle pandemia. Y eso era distinto. Íbamos  educar en la pandemia. ¿Era posible educar y educarme en la pandemiaen la pandemia global? ¿Era posible con la imagen de ese cadáver no retirado a un par de cuadras?  ¿Tenía sentido educar, educarme, seguir y seguirse educando? ¿Pensaban mis alumnos lo mismo que yo? ¿Los asaltaba la imagen de un cadáver propio o ajeno, podía decir algo frente a eso, encima sin un cuerpo, encima a través de una sesión de Zoom con una voz distorsionada que no reconozco como humana todavía?

Postal 4. El significante pandemia se ha instalado. El de educación “en línea” también. Nos tranquiliza: La línea es algo recto, conforta en este caos. Hay autores, manuales, métodos. Si no está funcionando es porque algo no estamos haciendo bien: la extensión de las sesiones, la selección de la herramienta adecuada, la claridad del instructivo, el cálculo de la carga de trabajo. No. No es la crisis económica global; la ansiedad que generan las deudas por los viajes y la educación continua que igual hay que pagar; la angustia de pensar si seré el siguiente despedido, enfermo o muerto o lo será alguien que amo. No. No es la tensión del confinamiento; las jornadas de teletrabajo en las que los horarios de inicio y de fin de la jornada ya no existen; la depresión de la espera o del duelo no resuelto. No es el simple sinsentido que una imagen de un cadáver en un patio cercano puede otorgar a tu día, a tu clase, a tu hora de estudio.

Postal 5. ¿Qué tienen estas pantallas que acercan y alejan? ¿Se convertirán en la “nueva normalidad educativa”? ¿Qué tiene para esos que dicen “mantengámoslas”, porque quizás consideran que no vale la pena desplazarse, desplazar el cuerpo, para encontrarse con el cuerpo de otros, compañeros o docentes?¿Por qué la presencia se ha convertido en “mucho trabajo”? ¿No es la educación también (quizás sobre todo) el encuentro en el pasillo, fuera del currículo? ¿Qué significan en cambio los discursos nostálgicos cargados de una idea de una educación presencial “sin falla”, en la que nadie se desconectaba, no entregaba, no hacía, revisaba… no iba? ¿O es también la posibilidad, la oportunidad de repensar las formas de encontrarnos, de educarnos, de usar las tecnologías para resolver problemas, incluir? ¿es y será finalmente la pandemia la oportunidad para educar en otras pandemias: la de la crisis ambiental que junta a humanos con murciélagos; la del fortalecimiento de los sistemas de biocontrol, la de un sistema que convierte a unos en vulnerables y a otros no; la del pegoteo con pantallas frente a las que se baila en TikTok o en las que se reciben cientos de  fakenews?

Postal 6. Hay unos días mejores que otros. Un día a la vez, pienso, como lo hacen los alcohólicos anónimos. Y trato de escuchar a esta esfera con púas cerca de mi oído que a veces susurra y otras grita: Recuerda que eres mortal. Recuerda que es una pandemia global. Recuerda que estás educando en la pandemia. Y es solo tu primera.
La vocación de los educadores es imaginarnos, que la educación es siempre posible. Que a través de la educación vamos a resolver la pandemia, la crisis económica global, la crisis subjetiva de la época.

*Cartelizante Nel Guayaquil varios periodos hasta 2019

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¿QUÉ LUGAR PARA EL NIÑO EN ESTA NUEVA MODALIDAD DE VIDA?
Silvana Gallegos*

Ante la incertidumbre que ha evocado la pandemia, en todas sus vertientes, en un primer momento me preguntaba ¿qué del sujeto de la educación?, pues bien, uno de los imposibles que nos mencionaba Freud, es el imposible de educar, ¿cómo se dará la nueva educación? En las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, algunas tuvieron que hacer una invención causada bajo su propio deseo, para que el circuito de educación se siga manteniendo ante esta nueva modalidad.

Hebe Tizio (1) en su texto reinventar el vínculo educativo establece que la categoría sujeto de la educación es un lugar que la sociedad oferta, un lugar para poder saber acerca del vasto y complejo mundo. Así mismo, como los tiempos de la oferta se articulan sobre la base de la exigencia social, teniendo en cuenta los tiempos de la institución así como los del propio sujeto.
Ahora bien, a  partir de la nueva oferta o modalidad forzada de la educación, el sujeto educación también se modificó.

Es muy visible en las diferentes plataformas que se utilizan,  cómo los padres, al entrar en el aula, o para ser más  precisos, que el aula haya entrado a sus casas, bordeando lo intimo,  ante esto, responden de maneras singulares. Dicho esto podría situar dos vertientes, los padres que asumen por completo el rol del maestro y los padres que miran a otro lado, es decir, los que exageran en brindarle una autonomía a sus hijos.

Los dos entran en la dinámica de la educación, pero como sabemos bajo un nuevo formato,  esto hace que los padres tengan muy de frente este real (real al ver que sus hijos no responden de manera ideal o rápida) o (real de asumirse como padres y responsabilizarse). Es decir, los padres estaban acostumbrados a ver el resultado del proceso educativo, en cambio, ahora tienen que palpar muy de cerca los pasos detallados de todo ese proceso, esto genera malestar en los padres dando como resultado una exigencia ideal, desde los padres hacia los niños.

Lidiar con el nuevo formato educativo, en conjunto con las exigencias de los padres, han provocado síntomas actuales en los niños, es decir que, además del desconocimiento o falta de destreza con los nuevos recursos, de los que deben servirse para lidiar ante esta nueva modalidad educativa, los niños también deben crearse nuevos lugares  con que responder de una manera singular a todo esto nuevo que irrumpe, un lugar de sujeto.
L. tiene dificultades de aprendizaje por una cuestión orgánica, es atendida por el espacio psicológico dentro de una institución, la madre no se presentaba en cámaras, pero al momento de hacerle alguna pregunta sobre su día, la que respondía era la madre. L. viró la cámara hacia la mamá, está se percata, yo respondo “L. Cuéntame tú” L. se ríe, y ella mismo corta esta interrupción de la madre. Luego de esto la madre se alejo. Vemos como este acto, que yo sostengo, le permite una solución a L. Alojo escuchar por unos minutos a la madre para que luego, le otorgue el espacio de privacidad.

Ahora bien, hay que mencionar un detalle valioso, pues  como institución, nosotros los psicólogos enviamos un correo, detallando el espacio de privacidad en psicología, además, antes de tener sesiones con los niños primero nos reunimos con padres y también abordamos este tema, aun así, se presentan situaciones, es decir, que intervenir por vía imaginaria para sostener el lugar propio de cada niño, no es solución, sino qué hay que ir encontrando alternativas por otra vía, tal como lo trae L.
Es decir, desde el trabajo dentro de las instituciones, sostener un lugar de sujeto, para que los niños, bajo transferencia, lo puedan asumir, Judith Miller (2) en los miedos de los niños, nos recuerda una perla ‘’Tan concernido como esté, un analista, desde este lugar, está en condiciones de permitir al niño explorar las coordenadas del sujeto de pleno derecho que es él’’.

*Asociada Nel Guayaquil

1. Tizio, H. Reinventar el vínculo educativo. Gedisa. 2008.
2. Miller, J.  Los miedos de los niños. Red Psicoanalitica. 2011. Recuperado de https://redpsicoanalitica.org/2017/05/25/los-miedos-de-los-ninos/

 

Comisión de Biblioteca Nel-Guayaquil

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Coordinadora del Boletín
Ana Ricaurte.

Diseño y Edición
Gabriela Febres-Cordero.
Ana Ricaurte.
Silvana Gallegos.

Boletín 8: Biblioteca Nel Guayaquil

Boletín #8

Agosto 14 del 2020

¡La Biblioteca sigue abierta!

Para un psicoanalista es de mucho interés la interacción que puede darse entre el deseo de aprender y el deseo de enseñar, y sostiene de manera constante la pregunta sobre la posición que conviene para que más allá de los contenidos educativos programados, el aprendizaje se realice como subjetivación de un saber.

La posición que conviene está hecha de contingencia y poder tomar la oportunidad, es posibilitadora de la transferencia, concepto interrogado en esta reflexión sobre la práctica con autistas, y despejado desde la propia experiencia analítica.
Dos escritos en este boletín, que señalan la finura de estar en el lugar del que enseña o del que se deja enseñar.

Ana Ricaurte

 

¿Y QUE HAY DEL OTRO?
Julia Avilés*

De la revista L’ Atelier en el artículo de Marta Berenguer (1) encontré algunos aspectos para considerar en la práctica clínica con autismo: “tener claro que, a pesar de todo, el niño autista está inmerso en el lenguaje, es sostener una posición ética: la de suponer un sujeto al que poder dirigirnos, con quien sostener un diálogo, aunque la interlocución con él no sea por la vía principal del lenguaje: la palabra”. No se trata de ubicarse en la posición de sujeto supuesto saber, “se trata más bien de restituir el saber del lado del niño para dejarse enseñar antes que pedirle a éste que se deje educar”.

Esto apuntaría a procurarnos un Instante de ver, que nos permita conocer acerca de sus intereses, objetos predilectos y usos tan peculiares, sus circuitos al desplazarse, sus sonidos o empleo tan singular del lenguaje y también intentar ubicar qué les resulta más insoportable.
Como lo decía Donna Williams (2) “busco un guía que me siga”, ella nos explica con esta frase la posición que favorece la dirección de un tratamiento, acompañando sin anticiparse con demandas y exceso de sentido, esperando, dando lugar a sus producciones y dispuestos a dejarnos sorprender.

Considero entonces, que no todo se juega del lado del sujeto autista en tanto su aceptación o rechazo ¿Y este Otro que intenta hacer vinculo?, ¿Cuánto influye su posición, su deseo por favorecer un lazo? ¿Cómo opera el practicante del psicoanálisis en esta clínica? Una práctica en la que el rechazo, la iteración y el sinsentido pueden producir múltiples intervenciones fallidas e interrogantes.

El mostrarse en falta o estar dispuesto a dejarse agujerear en lo real del cuerpo, para favorecer un acercamiento por parte del sujeto autista, como indica Rosine Lefort (3), no es tarea fácil, para algunos implica confrontarnos con la propia angustia del no saber qué hacer, confrontarnos con un vacío que en algunos casos por contingencia favorece las manifestaciones subjetivas del autista al no sentirse demandado.
Hay algo más de lo más íntimo puesto al trabajo, algo de lo que estamos en el mejor de los casos advertidos, el análisis, la supervisión, favorecen un saber hacer con ese resto y tomar una distancia que permita sostener esta práctica clínica sin retroceder. Rosine Lefort comenta en una entrevista realizada por Judith Miller (4) respecto a su propio análisis con Lacan: “Yo sabía que tenía que aprenderlo todo de ellos, ahora sé que la salida surgió en mi análisis, hizo que yo pudiera hacerlo.”

El sujeto autista puede lograr un lazo muy particular con el Otro, en este punto ¿podemos hablar de transferencia?
Eric Laurent (5) menciona al respecto: “Por supuesto que no es la misma transferencia que en la neurosis, tampoco que en la psicosis. Se trata de otra cosa. La cuestión es: o se inventa una nueva palabra para esto; o se considera que podemos tener una lógica suficientemente generalizada para incluirlo”

El material publicado en el Boletín anterior nos muestra que sí es posible hablar de transferencia, una bella experiencia en un tiempo tan complicado, siempre y cuando el practicante del psicoanálisis esté causado por un deseo, consienta dejarse enseñar y ser un guía que los siga dando lugar a sus saberes, los efectos son incalculables.

En la misma entrevista Laurent menciona: “No hay que decir que la práctica no existe, es necesario entonces modificar cosas, alargarlas, generalizar algunos puntos que nos permitan después dar cuenta de los resultados. Es importante más allá de nuestra práctica, considerar también lo que dicen los sujetos autistas. Ellos mismos testimonian de un lazo al otro, pero en un sin sentido particular.”

Entonces escuchemos a los autistas, mientras cada analizante practicante del psicoanálisis se responde, si así lo quiere, ¿Qué de lo suyo en esto?…

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*Asociada Nel Guayaquil

(1) Berenger, M. Transferencia. Revista L’Atelier #1 Hacerse con la institución .2019. p107.
(2) Willams, D. Alguien en algún lugar. Diario de una victoria contra el autismo. NED ediciones.2015.
(3) Lefort, R. El nacimiento del Otro. Paidos.1983. p302-303.
(4) Lefort,R. El camino de cresta sobre la duna. Carretel 12, p25.
(5) Laurent, E. El Uno solo. Revista Freudiana #83 EL UNO, 2018, p87-88.

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DESEO DEL DOCENTE EN ÉPOCAS DE PANDEMIA, UN ESFUERZO DE POESÍA
Piedad Ortega De Spurrier*

Un maestro desde muy lejos intenta transmitir a un niño, contenidos estipulados por el Ministerio de Educación. Un niño, aun mas lejos del contexto escolar “debe” conectarse con esos saberes propuestos. Nuevas formas de cortocircuitos se suman a aquellos que hacen de la educación, como dice Freud, una profesión imposible.

El maestro se encuentra hoy con un desafío inmenso, porque tiene que sostener un vínculo educativo en ausencia del cuerpo del niño y del suyo al intentar producir el acto educativo. ¿Será posible que el medio virtual lo permita? ¿Lo favorezca?

Bajo estas circunstancias conviene  valorar si la educación debe de continuar al servicio de una enseñanza “eficiente”, o si es la oportunidad para enfatizar en acompañar al niño en su deseo de aprender, que implica mayores posibilidades para formular sus propios juicios y criterios, al mismo tiempo que pueda reconocerse capaz de defender su integridad física y su subjetividad que lo hace único e irrepetible, muchas veces puestas en peligro por la familia, grupos de pares y entorno social.

La pandemia es una oportunidad privilegiada para reinventar el vínculo educativo (Tizio 2003) donde el docente y los alumnos, pueden armar un dispositivo de aprendizaje que da lugar para la escucha y la construcción de un saber, que al ser a su vez el de cada uno, esta sostenido en un vínculo social virtual que puede ser más enriquecedor y creativo.

Cabe preguntarse cuál es el lugar de las instituciones educativas en la actualidad: para algunos padres de familia éstas han dejado de existir, porque se confunde  el espacio físico, con la función que realizan, ya que ellos, al acompañar y sostener a sus hijos en un marco mínimo en sus domicilios para organizar el trabajo de sus hijos, están colaborando con las funciones docentes y piensan que pueden suplantar a los educadores, por ende no creen necesario matricular a sus hijos en las instituciones educativas o argumentan que no se deben cobrar pensiones en el caso de la educación privada. A las instituciones educativas les toca realizar una reflexión con el conjunto de sus miembros y ahora, aún más incluyendo a los padres para re-pensar y actuar acorde a nuevos paradigmas en la educación que hasta antes de la pandemia no existían. En estas nuevas coordenadas, ha sido urgente una reformulación de sus metas y medios para acceder a una cultura que se ha conmocionado de tal forma que obliga a pensar de forma renovada lo que es la vida, la muerte, el aprendizaje y el porvenir para la generación actual.

Se trata de reinventar una educación más allá de los ideales y acercarse más a la pregunta sobre cómo sostener el deseo de aprender en el niño, interrogando al maestro en este nuevo desafío sobre su deseo de enseñar.
Una enseñanza que toma su sustento en la exploración y el intercambio simbólico entre todos los actores de la educación en una experiencia que amerita una nueva escritura…
Un esfuerzo de poesía, frente a la pandemia.

*Miembro de la Nueva Escuela Lacaniana

Arosemena Burbano Ma. Del Rosario.- (2020) Proyecto de tesis de maestría, Deseo del docente y síntoma del niño en la temprana infancia durante la pandemia  (inédito)
Hebe Tizio.- (2003) Reinventar el vínculo educativo. Aportaciones de la pedagogía Social y del Psicoanálisis Ediciones Gedisa España.

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Diseño y Edición
Gabriela Febres-Cordero
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Ana Ricaurte

Boletín 7: Biblioteca Nel Guayaquil

Boletín #7

Julio 30 del 2020

¡La Biblioteca sigue abierta!

Que la Biblioteca de Nel Guayaquil presente hoy su séptimo boletín, hace ya una serie.  En ellos abordamos temas que interrogan a los practicantes del psicoanálisis, especialmente en una coyuntura de dificultades sin precedentes como la que estamos viviendo, frente a las cuales animamos a que se comparta lo que para cada uno es un hallazgo, una cita que da luz a problemas de la práctica, un acto que fue posible sostener, una reflexión sobre la orientación del psicoanálisis lacaniano, algo que se desee transmitir en una transferencia de trabajo hacia la Escuela.

En esta entrega de forma excepcional, presentamos a nuestros lectores una experiencia orientada por el psicoanálisis, con un grupo de jóvenes con autismo.  En palabras de Piedad de Spurrier, enseñante del CID en el seminario El autismo y la última enseñanza de Lacan, lo que María Beatriz Paredes nos participa, es una forma de mantener viva nuestra manera de hacer con este discurso en esta época de pandemia.

Ana Ricaurte

 

RESPUESTAS FRENTE AL ARRUINAPLANES

María Beatriz Paredes*

 

 

Desde hace algún tiempo vengo sosteniendo un trabajo con un grupo de chicos extraordinarios, como los llama Mariana Weschler (1).  Autistas, psicóticos, sujetos que presentan ciertas dificultades de aprendizaje y socialización.  Mi encuentro con la mayoría de ellos se dio en un colegio de la ciudad, en donde trabajo como acompañante terapéutica.  Es tanto en el espacio escolar como en las actividades que les propongo, en donde se ha construido una transferencia que ha elevado mi experiencia laboral a una práctica orientada por el psicoanálisis.

En estas salidas se arman grupos de chicos con quienes se realizan actividades que permiten encuentros tanto en sus casas como en espacios públicos.  Las actividades y grupos se piensan en torno al interés y necesidad de cada chico, a la dinámica que pueda darse a partir de este junte de singularidades y a los efectos que surgirán por el hecho de compartir un espacio con otros, esto último, incalculable.

En estas actividades algunos se han permitido deslizarse por una resbaladera de arcoíris cantando como un troll, cuando antes, la sola entrada al espacio de juego resultara aterradora, escoger un libro después de un largo recorrido de dos ediciones de la feria del libro de la ciudad, encontrar a los personajes de la película Intensamente en la pista de bolos y animarse a hacer un lanzamiento con Alegría, realizar el pedido en una cafetería, chocar los cinco con mucha emoción para luego en la siguiente ocasión decir “ya puedo sola”.  Y muchos momentos más en donde cada defensa va cediendo frente a un otro más amable con la orientación de acompañar al sujeto en la vía de una posible reacomodación en relación al goce para que resulte más compatible con el vínculo social. (2)

El 12 de marzo el gobierno ecuatoriano declara la emergencia sanitaria y establece, como medida de prevención frente a los crecientes contagios de coronavirus, la cuarentena obligatoria.  Llegan a mi celular preguntas y comentarios relacionados a actividades canceladas, rutinas afectadas y destellos, desde ya, de aburrimiento en una cuarentena que recién empezaba.  La mayoría, comentarios escritos por ellos.  En otros casos, los padres se comunicaban y hasta me traían mensajes como aquel de que el coronavirus era un arruinaplanes, y yo estoy de acuerdo con J.

Decido crear un grupo en whatsapp con los chicos que me han escrito.  Uno de ellos sugiere hacer una videollamada.  Fijamos fecha y hora.  Eventualmente se fueron animando algunos chicos más.  A inicios de abril, tuvimos que mudarnos de plataforma para estas conexiones debido a que otras nos ofrecían más herramientas que generaban las condiciones necesarias para ampliar los modos de estar: establecer chats internos, poder compartir pantalla, opción de dibujar, etc.  Quienes conocen de las herramientas tecnológicas, pudieron descargar la nueva aplicación con facilidad.  Algunos necesitaron capturas de pantalla, pasos a seguir y videos tutoriales que improvisé.  Otros, contaron con la ayuda de los padres en casa.

Estas reuniones se establecieron en una por semana.  Se conectan a la sesión de zoom quienes se animen.  Durante las primeras reuniones, surgieron comentarios sobre la pandemia y establecieron adjetivos no tan amables para el coronavirus: grande, pegajoso, como una bola, verde, contagioso, la muerte.

¿Cuándo va a acabar esto?

¿Cuándo es la próxima salida?

Frente a estas preguntas para las que yo no tenía respuestas, contesté que no lo sabía pero que por ahora y para evitar al pegajoso y contagioso coronavirus, era mejor permanecer en casa hasta que el presidente nos diga que es seguro salir, estableciendo así una instancia tercera y ubicándome como partenaire sometida también a la ley.

Y así transcurrieron las conexiones grupales y unas cuantas individuales.

Cada uno dio su propio uso de las herramientas de la plataforma.  C realiza comentarios sobre los temas de conversación, estado de ánimo y preocupaciones en relación al año lectivo que se avecina en el chat escrito.  R es un entusiasta de las reuniones en zoom, una vez se conecta, empieza a jugar un videojuego en otro dispositivo mientras está atento a la conversación, esto se evidencia cuando realiza comentarios relacionados al tema que se está tratando o responde a preguntas.  Su cámara nos ha permitido conocer el techo de su cuarto a detalle y nos deja saber de sus intereses cuando la acerca a su rostro para comentar.

En su primera conexión, F decide no activar el micrófono ni la cámara.  Nos advertimos de su presencia pero seguimos conversando.  En un gesto calculado, debido a que F fue quien a inicios del año me advirtió sobre la enfermedad Covid-19, pregunto “¿Y de dónde salió este coronavirus?” F activa su micrófono y da detalles de sus investigaciones.  Transitamos por los efectos de la enfermedad, las muertes cercanas a su familia debido a la pandemia y la dinámica grupal nos lleva hasta los cómics.  Es ahí donde se genera una conversación con otra de las chicas que disfruta mucho de las historietas.  El mostrarse desde el no saber, descompletada para no encarnar el Otro perseguidor y situando el saber del lado de F, generó condiciones que permitieron dar su consentimiento al lazo en esa conversación.

T

Empiezo a trabajar con T en una clase que dictaba en el colegio.  A T se le dificulta sostenerse en la escena con otros y elige decir muy poco y en ocasiones, nada como sostiene Laurent “la marca de goce no está extraída de la palabra, hasta tal punto que el sujeto vive la emisión de la palabra como una verdadera mutilación” (3).  Es en ese espacio donde es posible construir una transferencia a partir de sus objetos.  Con referencia a la película Intensamente y para establecer una conversación con T, solía preguntarle “T ¿quién está en los controles?”, con una risa que ahogaba en su garganta me decía la emoción que él escogía.  Al decirle que le traería platillos que a él no le gustaban como una pizza de brócoli, reía y contestaba con un no sostenido o como traduce un amigo músico, un no en séptima menor descendente.  “¿Y entonces qué te gusta?” “pizza, chocolates, galletas” y comenzábamos a charlar haciéndonos acompañar de signos de la película, de esa lengua privada que debemos saber escuchar.

Luego de varias invitaciones que él rechazaba y como consecuencia de este vínculo, T decide ir a una salida como llaman los chicos a estos encuentros.  Se acerca y me dice en un tono de voz bajo “salida”.  Ese día vamos a la casa de uno de sus compañeros, preparamos pizza en su honor y jugamos UNO.  Resulta que T ganó varias partidas y parecía disfrutar de preparar su propia pizza.  Aun así, se mostró firme en su decisión de comer su pizza con varios asientos de distancia entre él y los otros.  Y así en varios encuentros a la hora de comer.  Un sí al lazo pero con distancia.

Al inicio de la cuarentena, T escribe en el chat “hola, ¿cómo están todos?” “¿Qué hacen?” “¿Cuándo podemos salir?”.  Recibe algunas respuestas.  Le menciono que las salidas están suspendidas y pregunto qué le gustaría hacer cuando se reanuden, T contesta “invitarlos a mi casa”.  Aunque T está en el grupo de whatsapp, no había participado en las conexiones.  Le hice llegar un video con saludos de sus amigos, sus personajes favoritos y fotos de salidas anteriores, a modo de signar una presencia y sostener esos vínculos que había logrado construir.  Me envía un audio diciendo que quiere participar en la siguiente conexión ¡una sorpresa!  Gil Caroz menciona que esta modalidad de comunicación que es tan utilizada bajo estas circunstancias “mantiene el vínculo y establece una importancia de la noción de recordar: recordar una presencia que ha tenido lugar en el pasado o que tendrá eventualmente lugar en el futuro”. (4)

A

La madre de A me llama preocupada porque se acerca el año lectivo en medio de esta situación de emergencia.  Es el último año de A en el colegio.  No sabe si matricular o no a su hija ya que cree que “no será lo mismo” y que a A se le hará difícil el aprendizaje vía online.  Respaldo su idea de que no será lo mismo y le sugiero hacer una videollamada de prueba para ver cómo le va.

Durante esta videollamada A toma el celular y al verme en la pantalla, sonríe, mira a su madre que está junto a ella y vuelve a sonreír.  Su madre deja la habitación, A se acomoda en su sillón y conversamos.  Me cuenta que lo que ha hecho durante la cuarentena es comer 100 negritos, ver 100 películas y que su parte favorita del almuerzo es el postre.  Pregunto por sus largas caminatas, las que permitían apaciguar la angustia frente alguna dificultad en la clase, y me dice que da “¡1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 vueltas!” alrededor de la piscina.  Al despedirme le digo “choca esos cinco” y para dar cuenta de mi equívoco le digo “¡ah, cierto! no se puede”.  Ella se lleva la mano a la boca y ríe.  Rodeo mis hombros con mis brazos cruzados y le digo “te mando un abrazo” y A hace el mismo gesto y responde “te quiero mucho”.

En una de las llamadas grupales, mientras uno de los chicos hablaba y otro sostenía un videojuego de autos que al acelerar hacía ruido, A suelta el teléfono y choca sus dedos con las manos levantadas, luego las baja mientras hace un ruido agudo, lo hace repetidas veces y su rostro se enrojece, se muestra claramente inquieta.  Laurent, recordando a J – C Maleval destaca al “objeto voz como portador de la marca de la singularidad que el sujeto autista no soporta, como lo demuestra su rechazo de la interlocución, ya sea a la que él se dirige o la que él dirigiría al Otro”(5) Apoyándome en sus invenciones, empiezo a entonar una canción que solemos cantar juntas y me detengo, sin nombrarla, ella toma su celular y continúa con la estrofa de la canción.  Y es por medio de sus objetos que ella logra dar tratamiento a lo que le retorna como invasivo.  La transferencia vivifica ese encuentro telemático, el cuerpo agitado se calma y puede sostener la interacción e involucrarse con comentarios esporádicos. Sostuvo un encuentro grupal más pero se mostró más interesada en las conversaciones individuales.

Conversaciones en zoom sui géneris, con los arreglos de cada uno para sostenerse en el intercambio con los otros.

Ahora, otro momento.  Desde otro espacio se siguen sosteniendo los intercambios con un poco más de frecuencia, por ahora vía online, evocando que el encuentro presencial será posible y con la ilusión de continuar el trabajo que toma la singularidad como punto de partida.

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*Participante en seminarios del CID Guayaquil

(1)Weschler, M., “Chicos extraordinarios de padres comunes y corrientes” Buenos Aires, Grama, 2010

(2)Plobome, G., “Una práctica esclarecida…por el psicoanálisis” L’atelier N.2, Barcelona, Repro Disseny

(3)Laurent, E., “La batalla del autismo.  De la clínica a la política” Buenos Aires, Grama, 2013

(4) Caroz, G., “Recordar el psicoanálisis” Hebdoblog n. 198, ECF, 5 de abril 2020

(5) Ídem

 

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